viernes, 26 de abril de 2013

Hasta siempre "Gonza", hasta siempre TÍO

Alexis Armando González Mariche

Carlos E. Mendoza González-Mariche

   Como honrar, con palabras, a un hombre de letras. Como expresar, en unas líneas, todo el legado de amor y excelencia que dejas atrás. Parece tarea imposible, o como mínimo tarea de un grande. Un grande como tú. 


   Sin embargo con humildad me atrevo, pues mi pluma vibra con tus consejos y enseñanzas. "Di siempre la verdad,..., se justo,..., escribe para todos", fueron algunas cosas de las que me enseñaste para formarme como profesional y humano ejemplar que querías que fuera ¿La verdad? Dejas un vacío imposible de llenar. Ya tus manos no adornaran las paradas cortas en el terreno de juego, ni tu pluma engalanara con emotividad y precisión las páginas de la historia deportiva. "Lee a los mejores" dijiste. Te leeré a ti. Recorreré tu evolución desde los inicios en Meridiano hasta los últimos capítulos en La Previsora. 


   Siempre guapo y orgulloso, la humildad fue tu bastión. Dos veces fuiste condecorado con el Premio Nacional de Periodismo, sin embargo nunca te escuche hablar de ello, presumías de tu familia de tu casa, de tus amistades. Nunca de tu calidad como profesional, lo que destacaba tu verdadera calidad como ser humano. 


   De carácter fuerte, viviste con los principios de la verdad y la justicia por delante. Todo el que te conoció más allá de lo casual, tuvo posiblemente algún encontronazo contigo. Sin embargo nunca abandonaste su lado ni nosotros el tuyo, pues sabíamos que detrás de ese estilo frontal y a veces brusco, se escondía un corazón de oro, lleno de bondad y amor por los tuyos. Preocupado hasta el final por el bienestar de tu gente, aún en tus últimos días tu pensamiento estaba en ayudar a tu familia. ¿Cómo no admirarte a ti y a tu fortaleza después de eso?


   Conmigo fuiste casi un padre, quizás peco de atrevido, y que me disculpen mis primos González Mariche y Carmona, pero puedo asegurar que, aunque a todos los amaste, a ninguno lo sentiste tan tuyo como a mí. Desde la cuna hicimos conexión. Nuestro carácter fuerte, nuestro amor por el deporte, por la salsa y las letras nos unió con singularidad durante años. El periodismo fue la guinda del pastel, nos convirtió en maestro y alumno, desde el momento en que te expresé mi decisión de estudiar la carrera, asumiste con firmeza guiarme en el camino. Fuiste mi más grande crítico, y mi más grande admirador. Y nunca me sentí tan orgulloso como aquel día en el que nos volvimos colegas.


   Por tu carácter fuerte, estilo frontal, y tus valores de justicia y verdad, te convertiste en un incomprendido por esta sociedad llena de filigranas e hipocresías convenientes, una suerte de Quijote. Y eso eras,  como un Quijote viviste, como un Quijote te fuiste. En el libro quedaron páginas en blanco. Prometo seguir tu ejemplo y entregar mi vida llenando esas páginas con mis líneas llenas de verdad, de amor, de humildad, por el bien del periodismo y del deporte pero sobre todo prometo entregar mi vida por la familia, por ese sueño de familia. Te Amo Varón. Hasta Siempre.


Tu hijo eterno

"Juancito"